viernes, 25 de agosto de 2017

Descripción del orden arquitectónico del templo de Nuestra Señora.



El templo parroquial de Nuestra Señora, es sin lugar a dudas, la mejor joya arquitectónica que tenemos en Sopetrán, pero casi ningún escritor se ha atrevido a hablar de las bellezas que el arte concibió en sus parámetros; por esta razón me permito publicar este artículo, que puede ilustrar a propios y extraños, en tan importante legado cultural.

De los templos que hay en Colombia, dos o tres tienen parecidos con el nuestro, y aunque hay verdaderas joyas de arquitectura, a lo largo y ancho del país, los demás, quedarían catalogados en rangos muy bajitos, respecto a la imaginación con que los constructores concibieron el hermoso templo que poseemos.

 Se les fue la mano en la decoración y en la belleza.

La única lástima es que a los Párrocos anteriores al Padre Rogelio Rodríguez, se les metió en la cabeza que eran arquitectos y lo han sometido a unas reformas de mala calidad, sin ningún conocimiento de esta preciosa ciencia y todo lo que han logrado son unas revolturas de pésimo gusto, que solo deslustran la vieja construcción, diseñada por el Gobernador Arquitecto: 

Don Juan Buesso de Valdés.


Recordemos que su construcción fue iniciada en el año de 1678; la primera parte, hasta el remate triangular que hay debajo del reloj, fue terminada en el año 1800; que las torres y el sofito del reloj, fueron terminadas el 22 de noviembre de 1882 y que su atrio, fue construido entre las décadas de los años treinta y cuarenta, en pleno siglo XX.



En la fotografía se aprecia el conjunto de construcciones que tienen que ver con la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Sopetrán, el templo, su atrio y la casa parroquial, como ahora se la dice.

Es un pesar que personas inescrupulosas, le hayan solicitado al Párroco de turno, que quitara del atrio, la imagen de Nuestra Señora, obra del escultor Sopetranero:

 Don Alfonso Góez González, imagen que media tres metros de altura y que tutelaba al pueblo y sus pobladores; todo porque la Virgen estaba estorbando, para poner las orquestas en las ferias de las frutas, y así el espacio para bailar, quedaba más amplio.

Recuerden que ese mismo año empezaron nuestras angustias de orden público y hasta el sol de hoy, nadie ha podido con ese problema.

Veamos aunque sea un óleo del templo, con su virgen a bordo.


Pero la propuesta de los atrevidos, tuvo una recompensa para el Padre Nolasco Múnera del Río: 

Le regalaron la cerámica para tapar el viejo piso, que estaba intacto y que correspondía al diseño del atrio. 

“Así son las cosas, cuando son del alma”.

Analicemos el estilo del frontispicio a vuelo de pájaro: 

Son prácticamente tres altares, el primero empieza en el piso y va hasta el remate triangular que hay sobre el juego de columnas. 

En este altar todos los elementos son de arte romano simple o toscano como también se le dice. 

Hay un elemento de arte dórico, en los frisos de la parte alta de las columnas, tres canales profundos, a los que llamamos triglifos.

Pero recordemos que el Toscano, es una simplificación del Dórico.

El segundo altar empieza sobre el entablamento del primero y llega hasta donde comienzan las torres, en él, hay dos nichos laterales que albergan las imágenes de San Roque y San Nicolás de Bari, cada una de ellas en tres metros de altura y el sofito del reloj, que es de romano simple, con dos volutas o enroscamientos laterales y coronados por dos acroteras(los piloncitos). 

Este ornamento se acostumbraba mucho en las casas de las grandes familias y en los templos de Grecia y Roma.

El tercer altar, está compuesto por las torres de dos puertas delanteras y traseras y una por cada lado.

En las torres, se ven muy a las claras, las influencias del orden arquitectónico: neo-clasico, que a parteir del año 1800 empezó a mostrar todo su furor en las obras de arquitectura, en Colombia.

Los capiteles de estas columnas, son totalmente diferentes a las seis del primer altar, porque están involucrados los ordenes: Corintio y Jónico, que son los componentes del Romano compuesto.

En las columnas de los tres altares, se aplicaron las normas clásicas de un neto o cubo, una serie de molduras, como:

 Escocías y esgucios; un fuste de ocho metros, una cornisa con molduras; un friso y un entablamento, con su respectivo cimacio.

Ahora, podemos hablar del interior, que es espectacular: 

Al entrar por la puerta central, dominamos la columnata y la arquería, que engrandecen la obra, con su elegancia y su altura. 

Siete columnas y seis arcos a cada lado, en donde hubo dominio del arte y belleza. 

Recordemos que nuestro templo, no tiene una sola varilla y que todo se sostiene, por las reglas de plomo y nivel, y las famosas trabas, de madera incrustada, que aplicaron a cada elemento. 

Es bueno anotar, que los cachivaches de oro que tienen los arcos y columnas, fueron agregados y pertenecen al orden arquitectónico romano compuesto, el nombre de estas piezas, es hojas de acanto y se las colocaron dizque para “embellecerlo”. ¡Vaya belleza!

Miremos pues la majestuosidad de esta parte y en la foto siguiente, apreciemos lo mismo con un enfoque contrario:



 En la siguiente, aunque sea de contraluz veamos el espectáculo:


Al fondo de ésta fotografía se ven el coro y el lugar en donde está el reloj, una joya traída en 1891.


En esta fotografía, transportados, casi al cielo, observemos con cuidado, las siguientes cosas: 

Aunque el mosaico del piso, es precioso, hubiera sido mejor dejar el templo con sus bloques de ladrillo cocido, como corresponde a una construcción de la época de la colonia; a pesar de que el cielo raso es de latón en alto relieve, tampoco se ajusta a la arquitectura del lugar y hubiera sido más lógico dejarlo como lucía, con su sistema de cerchas, de ocho por ocho, que le daban la dimensión de edificio colonial.

Si opino así, es porque el edificio lució esas galas hasta el año de 1940, cuando un sacerdote de buena voluntad, quiso mejorarlo.

Tampoco hubiera desmontado la baranda que separaba el presbiterio de las naves, a la que llamábamos comulgatorio, porque era parte integral del orden arquitectónico. 

Antes de entrar a analizar los elementos del orden, hagamos la última crítica, que lógicamente es constructiva:

 No veo la razón, para que hubieran sacado a San José del nicho central alto, en el altar mayor y lo colocaron al pie de una puerta lateral, montada en una banqueta, por dos razones: 

Es el Titular de la Iglesia y porque tres imágenes de nuestra señora en el mismo altar, quedan como una exposición de esculturas. 

Es bueno que queramos a Nuestra Señora y Yo la quiero, pero es extravagante, exhibir en el mismo altar, tres imágenes de ella.

Recordemos que San José, también tiene su rango y su imagen fue tallada en madera a finales del siglo XIX.

Los elementos del orden arquitectónico son:

El conjunto está formado, por tres altares, el más bajo que no se aprecia en la fotografía, pero es tallado en madera y pertenece al orden Romano compuesto, con sus respectivos ornamentos: 

Hojas de acanto, fustes estriados, collarín en los fustes y todas las minucias que este orden requiere. 

El respaldo del altar, está decorado con el cordero montado en el libro con los siete sellos y unos ramos de rosas muy utilizados por los talladores, de la época.

El segundo altar, que después del Concilio Vaticano II, fuera el altar del Cristo, imagen tallada en madera y muy recordada por los Sopetraneros; empieza por detrás del viejo altar del santísimo y termina en el cimacio que hay debajo del altar en donde hoy está Nuestra Señora de la Asunción, está configurado por seis cubos, de los cuales, cuatro se pueden ver y los dos centrales, están detrás del altar de madera, seis fustes, seis arquitrabes, seis frisos, seis entablamentos y tres nichos. 

Los capiteles están adornados con unas volutas, que recuerdan los viejos templos Griegos, esos son los que se parecen a unos patines, encima de los capiteles.

En éste altar los constructores derrocharon, belleza y esplendor, pues los ornamentos son: 

Escocias, esgucios, talones, boceles, listeles; menudencias finas, que muestran la sabiduría de quienes lo concibieron.

Los frisos sobre los nichos, fueron ornamentados con arabescos y almocárabes, dos figuras importantes de la influencia Morisca y los que hay sobre los capiteles, fueron decorados con ramos de rosas, figura que se utilizaba mucho en los altares.

El tercer altar, es el que ocupa nuestra señora de la Asunción y está conformado por: 

Cuatro cubos pequeños, cuatro fustes, cuatro arquitrabes, cuatro frisos, cuatro entablamentos, un nicho, un remate triangular, presidido por una cruz latina y dos volutas o enroscamientos, que le dan gracia y solemnidad al conjunto y en la parte alta de las volutas, dos acroteras, en forma de abanico, que completan el mágico toque arquitectónico. 

El friso central sobre el nicho, también está adornado con unos arabescos.

El enfoque de este juego de altares, lo hace un arco o archivolta, que le da profundidad al conjunto.

Pasemos a los altares laterales, que en medio de la simplicidad, muestran los conocimientos de los constructores:


Este es el altar del lado izquierdo o de la epístola, como se le decía en otros tiempos; aquí estuvo el Corazón de Jesús, siglo y medio y ahora fue convertido en altar del santísimo, modalidad muy nueva, para que la Divina Majestad, no sea molestada con las funciones del culto.

Es una composición de tres altares, concebidos en arte romano toscano, con columnas planas y capiteles de flores de Lis, un ornamento que es propio del arte Gótico.

Aparece una novedad, para sostener el tercer altar y la conocemos en arquitectura, con el nombre de ménsulas, palabra latina que traduce mesa o sostén.

El primer altar, es el que sostiene a los ángeles, es muy sencillo y es de ladrillo cocido.

El segundo altar, es el que alberga el sagrario y tiene dos columnas planas, un nicho, cuatro capiteles y  en el friso central, están incrustadas las cuatro ménsulas que sostienen el tercer altar.

La composición presenta un espectáculo arquitectónico precioso: 

El segundo altar tiene un remate triangular, que es interrumpido por el nicho del tercer altar; este recurso es utilizado por diseñadores de mucho calibre.

El tercer altar, que en su nicho alberga la imagen de Santa Rita de Casia, tiene dos columnas grandes con capiteles y en el borde del nicho, dos pequeñas columnas, que embellecen la composición. 

El conjunto termina, con un remate redondo coronado por una cruz latina y el friso del remate, tiene una aplicación, del corazón de Jesús.

En los entablamentos, se colocaron pequeñas hojas de acanto, que aunque son de arte romano compuesto, lucen con elegancia.

El segundo altar inicia en forma de espadaña angular y el tercero lo hace como una espadaña redondeada.

Apreciemos el otro altar lateral, que alberga la imagen de Nuestra Señora La Inmaculada Concepción, talla de madera, en tamaño colosal, de finales del siglo XIX.


En el nicho del tercer altar, está la imagen de Santa Mónica.

El primer altar de éste lado derecho o del evangelio, es tallado en madera y tanto el corazón de este como el del friso del remate, son una representación del Corazón de María.

Analicemos algunos gráficos que son de mucha importancia, para conocer mejor nuestro templo:


Esta es la fachada del templo o frontispicio, como también se le dice en arquitectura y miremos algunos daños que le han causado los párrocos: 

Las tres claraboyas que albergan los arcos del primer altar, que eran de arte romano simple, fueron remplazadas por tres rosetones de arte gótico; las puertas de las torres, que se debieran tener abiertas, fueron tapadas y quedaron como unos escaparates, todo para prevenir la acción de los murciélagos y el monumento de la Virgen, escultura de tres metros, que adornaba el atrio, fue mandada a recoger y en la desmontada, la volvieron pedazos.

Que pesar que las grandes esculturas con que amoblamos el espacio público, sean maltrataremos de esa manera tan cruel.

Observemos ahora, como es el plano interno de nuestra joya.


En la planta externa, no se han hecho reformas, pero se aprecia a simple vista, que para que la nueva casa parroquial, tuviera un buen frente, no les importó sacrificar, un pedazo del atrio, que después convirtieron en antesala del nuevo edificio.

Como comentario final veamos una de las maravillas de la arquitectura colonial, a nivel del aire acondicionado, en forma natural: 

Por los ventanales que son muy amplios, entra el aire puro, para abastecer de oxigeno a los dos mil espectadores y después de servir para la oxigenación de los asistentes a las funciones del culto, es evacuado por las ranuras que hay en las tribunas o balcones del altar del medio.

No podíamos olvidar éste rincón que para la Iglesia católica, es tan representativo, porque aquí se matricularon, por espacio de dos siglos, aquellos niños, que sin ser consultados, ingresaban a la fila de los creyentes. 

El bautisterio o lugar en donde nos bautizaron, es una joya olvidada, pues hasta la pila bautismal fue llevada a la casa de la cultura, no sabemos por cual razón, porque en ella se hicieron las matrículas en la fe por espacio de doscientos años.

Es importante decir que en la actualidad, esta pileta, fue recuperada y volvió a ocupar su viejo espacio.


En la actualidad, se venera la imagen de nuestra señora de la Piedad, de Leonardo D· Vinci.

Vale la pena decir que los ornamentos que luce el bautisterio encima del domo y en los dos remates de las columnas, fueron tallados en madera por mi Padre: Jesús Sevillano Mejía.

Es importante contar que el templo tuvo un órgano tubular, importado de Francia y el Sacerdote Nolasco Múnera del Río, un Párroco muy corto de ideas, ordenó que lo guardaran en la sacristía derecha, como no cabía, dijo corten lo que sobre y serrucharon el teclado.

Como muestra final del templo, veamos el altar que antiguamente era del santísimo y que pertenece al orden Romano Compuesto.



Espero que todos los ciudadanos de Sopetrán y aquellos forasteros que gozan, apreciando las bellezas de la arquitectura, se deleiten leyendo este artículo, que nadie se había atrevido a escribir, porque esta ciencia, tiene un vocabulario muy raro y extenso y a los escritores, les da pereza, manejarlo.

Sopetrán, Agosto 24 del 2017.

Darío Sevillano Álvarez.

martes, 22 de agosto de 2017

Datos biográficos de Nuestro fundador.


Biografía de Francisco Herrera Campuzano nuestro fundador.


El fundador de Sopetrán don Francisco Herrera Campuzano, nació en la Alcarria Española (La tierra de la miel) en la Villa de Hita un pequeño caserío del Arzobispado de Toledo.


Aunque no sabemos la fecha de su nacimiento creemos que murió con una edad aproximada a los 60 años en la ciudad de México el 27 de diciembre de 1630.

Sus padres fueron: Don Antonio Herrera Campuzano y doña Juana Espinosa y Castillo.

Como recordarán desde muy niño había asistido a la misa y a recibir los sacramentos al importante Monasterio de Nuestra Señora de Sopetrán que para esa época estaba regentado por los Padres Benedictinos.

Desde muy temprana edad, vistió los hábitos de los caballeros de la orden de Santiago y profundizó en los estudios de jurisprudencia, como se le decía en esa época a la abogacía.

Fue nombrado por los Reyes de España como Consultor de la Santa Inquisición que bien sabemos ahora, no fue tan Santa.

Luego fue nombrado Oidor de la Real audiencia y partió para Bogotá en donde tomó posesión de su nuevo cargo el día 29 de marzo de 1609.

En esta ciudad, contrajo matrimonio con la Señora Antonia de Chaves y con ella tuvo dos hijos: Doña Francisca de Herrera Campuzano y Don Manuel Antonio de Herrera Campuzano.

El 07 de febrero de 1614 fue nombrado visitador de los indígenas de Antioquia con funciones de mando de Gobernador. 

Por esta razón algunos historiadores lo tienen en la lista de Gobernadores del Departamento.

Entre 1614 y 1616 fundó varias ciudades entre las cuales están: Sopetrán, San Jerónimo y San Lorenzo de Aburrá, hoy el Poblado.

Luego en el mes de mayo de 1616 regresó a Bogotá en donde estuvo como Oidor Real hasta 1625 año en que regresó a España con una licencia real.

Luego, fue nombrado oidor de nueva España (México) en tiempos del marqués de Cerralvo, a reestructurar la nueva real audiencia y con una licencia del Rey, viajó a España y contrajo nuevas nupcias con Doña María de Frías, hija del licenciado Don Juan de Frías y general de la Santa Inquisición, pero no se entendió con ella y en un juicio le arrebataron gran parte de su fortuna; es bueno contar que de este matrimonio, no tuvo hijos.

En 1627 regresó a México, y el 15 de Julio de ese año, como se sentía enfermo, testó sus bienes y allí murió el 27 de diciembre de 1630.

Si me atrevo a publicar esta biografía, es porque otro historiador, que acaba de escribir un libro sobre la Basílica, tiene cuatro veces escrito el error de que Herrera Campuzano, fue Sacerdote, cosa que nunca pasó.

Algunos historiadores lo catalogan como Sacerdote, yo no me atrevo a creerlo y solo me imagino que fue un fraile de la orden de Santiago; lo creo así porque en esa época un Sacerdote no hubiera podido contraer matrimonio; pues la Santa Inquisición, lo habría quemado en la hoguera y hubiera desaparecido su nombre y sus obras de los libros de historia.

Fue Don Francisco Herrera Campuzano, él que mandó a pintar la Virgen de Sopetrán en la ciudad de Santa Fe de Antioquia y luego la donó a nuestro pueblo. 

Este dato es muy fidedigno porque lo tiene el historiador Ocariz en el artículo llamado: “Las imágenes milagrosas que se veneran en el nuevo reino”.

Recordemos que nuestra Señora de Sopetrán era la Virgen que Francisco Herrera Campuzano veneraba en su ciudad natal.

La virgen que él trajo de muestra, para que le pintaran el cuadro que iba a regalar a nuestra parroquia es esta.


La Virgen que le pintaron fue esta:


 Esta Virgen se encuentra en la parroquia de San Roque en el corregimiento de Córdoba, porque el sacerdote Humberto Torres Osorno, la prestó a la Señora Dolores Ibarra, para que los fieles la pudieran venerar pero por los malos tratos que allí le dieron al lienzo, se está acabando.

En una restauración virtual que yo le hice, alcancé a mostrarla así:


Observen al gran parecido que la Virgen tiene, con la muestra en blanco y negro que trajo Herrera Campuzano

En un artículo muy famoso de don Miguel Martínez el ilustre historiador Antioqueño que escribía en el Colombiano el artículo llamado este día dice: “En el mes de agosto de 1616 el cuadro de Nuestra Señora fue llevado procesionalmente desde Santa Fe de Antioquia hasta la Capilla de Córdoba”.  La procesión se desplazó por el camino real y suponemos que las personas pasaron el río Cauca en el Paso real, hoy puente de la troncal de Occidente, en canoas, champanes y barcas.

Sopetrán, Junio 23 del 2016.


Darío Sevillano Álvarez.





lunes, 21 de agosto de 2017

Una aclaración necesaria.

Ahora que acaban de publicar un libro, que muy poco ilustra sobre el orden arquitectónico del templo de Nuestra Señora de la Asunción, es bueno publicar este artículo que lo tenía entre mis escritos, hace algunos años.


   Sopetrán, Rincón de las Palmas. Carrera Córdoba #11-29. Teléfonos: 8543151 y 3206093059

Diferencias entre los órdenes arquitectónicos: Neo-clásico y toscano.

El orden toscano, nació en el imperio romano, en lo que se conocía con el nombre de las tierras de los etruscos, que vivían en las orillas del Río Po y fueron bautizados por los griegos, como los toscanos.
El orden toscano es pues un aporte de estos pueblos a los órdenes arquitectónicos antiguos, ya conocidos como: El dórico, el jónico  y el corintio, por esta razón, hay que definirlo como un nuevo orden, con normas propias y con ciertas características.


En este nuevo orden, nacido en los principios del imperio romano, se establecen las siguientes normas:

El entablamento está compuesto por: arquitrabe, una especie de viga gruesa y lisa que recorre toda la alineación de la columna; un friso o banda horizontal lisa y de igual apariencia que el arquitrabe y separado de éste por un listel llamado: Tenia; la cornisa, que remata el orden formando un saledizo, que generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio; el capitel está integrado por cinco piezas lisas: Un listel; un ábaco, que es una pieza prismática, similar a un tablero de planta cuadrada, que soporta directamente sobre su estructura horizontal, el edificio; el equino, cuya geometría, es una figura convexa que se expande hacia la parte superior; el collarino que es un tambor cilíndrico intercalado entre el equino y el fuste y separado de él, por una moldura horizontal; y el baquetón.


Las columnas toscanas a diferencia de las dóricas, que son las más parecidas, se apoyan sobre una base y esta sobre un podio.

El fuste, que es la sección circular, es normalmente liso y el tamaño total de la columna suele ser de catorce módulos, de los cuales doce de ellos, pertenecen al fuste.

                Dimensiones según el módulo.
M= módulo.
Orden
completo
17 + ½ m
Entablamento
3 + ½ m
Cornisa
1 + {2 \over 6} \mbox{m}

Friso
1 + {1 \over 6} \mbox{m}

Arquitrabe
1 m

Columna
14 m
Capitel
1 m

Fuste
12 m

Basa
1 m


   El módulo es una convención especial de la arquitectura, que se utiliza en el lenguaje de todos los órdenes arquitectónicos.


El orden toscano, es un producto derivado del orden dórico, oriundo de Grecia y fue utilizado en Etruria, antes de la conquista de Grecia.

Pero cuando se conformó el imperio Romano, fue difundido por estos, en todas sus posesiones, con el correr de los tiempos, los arquitectos renacentistas, conocían mucho mejor el arte romano que el griego y el arte toscano se difundía con mayor fuerza que el dórico desde el siglo XV, porque  este era prácticamente desconocido y solo fue recuperado, cuando se impuso el orden: 

Neo-clásico, después de las excavaciones de las ciudades de Pompeya y Herculano entre 1736 y 1746, pero terminada la revolución francesa, más o menos, después de 1795, para opacar la gloria de los órdenes: 

Barroco y Rococó. 


Recordemos que la columna toscana, es generalmente lisa y su capitel, es sencillo y sin ningún tipo de ornamentos, que se puede apoyar en una sencilla basa o en un pedestal, como están las columnas del templo parroquial.

La primera norma que tiene el arte toscano, es que solo acepta en sus construcciones el uso de todo tipo de molduras.

A lo largo de la historia, el orden arquitectónico toscano, siempre se ha caracterizado por su simplicidad y es esta, la característica que más belleza le imprime.


Observen la seriedad de estas columnas, sin ningún tipo de rayitas de colores diferentes y eso es precisamente lo que les imprime el carácter de seriedad del arte toscano.

El arte toscano fue muy común en Europa y en España especialmente en Sevilla, muchos de los edificios religiosos o civiles, tienen que ver con este orden.

La influencia de Sevilla, fue la que llegó a Colombia y por extensión a Sopetrán.


El orden arquitectónico romano toscano se caracteriza por: 

Las columnas y bases lisas y en los capiteles y el entablamento, no se utilizan ornamentos de ninguna índole; solo se permiten las molduras.


El orden arquitectónico toscano, nunca puede ser compuesto, porque es una simplificación del orden dórico, que es el más sencillo de los antiguos órdenes de la tierra.

Es importante recordar:

Que en Roma hubo dos órdenes arquitectónicos, el romano compuesto, que es una mezcla admirable de jónico y corintio; y el toscano que es una mediana imitación del dórico y hacía las veces de romano sencillo, simple o común, que era el que utilizaban las gentes del pueblo.

Entonces me dirán: Darío estás equivocado respeto a lo que piensas de que el orden de nuestro templo es toscano.

La respuesta sería muy sencilla:

Recuerden que nuestro templo fue iniciado en el año de 1678, cuando aún no se mentaba el estilo neo-clásico, pero es bueno saber que como este último empezó a aparecer en la tierra, en los finales del siglo XVIII, influyó notablemente en la terminación del edificio, que fue inaugurado el 22 de noviembre 1882, porque en los frisos de las columnas del frontispicio, aparece la figura del neo-clásico que se llama: triglifo, que son tres rayas en bajo relieve, como único adorno, que pertenecen al  orden arquitectónico dórico de Grecia y en las columnas de las torres que sostienen las cúpulas, aparecen unas volutas, que se parecen a unos patines con sus ruedas, que pertenecen al orden jónico.

También hay unas influencias en el altar mayor, que fue construido en los finales del siglo XIX, porque todas las columnas tienen volutas en sus capiteles y en el altar superior, en donde colocan a Nuestra Señora de la asunción, hay unos enroscamientos que también se llaman volutas y están coronadas por unos abanicos pequeños, que llamamos acroteras. 

En este altar hay unos ornamentos como: 

Almocárabes, arabescos y rosas en los frisos, que pertenecen al romano compuesto.

Todos estos adornos de que estoy hablando, son influencias de neo-clásico.

Pero es importante aclarar, que las influencias que el templo de Nuestra Señora tiene, de neo-clasicismo, equivalen a un veinte por ciento de la construcción total y por esa razón, fueron realizadas, después del año 1800; como un ochenta por ciento, pertenece al orden toscano, la nominación que recibe es la que corresponde a esta parte más grande: Toscano.


 Pero entre los años 1957 y 2014, es el periodo, en que más errores se han cometido, porque le agregaron: 

Hojas de acanto, que pertenecen al orden romano compuesto; rosetones, que son del orden gótico; columnas altares y otros elementos de mármol, que solo deben estar en las catedrales de ese material, como la catedral de Milán; sócalos y netos o cubos, de gres parecida a ladrillos, que en vez de adornarla, lo único que consiguieron, fue una mala presentación; rayitas de colores (rojo y azul) que lo único que consiguen es disfrazar la majestuosidad y el encanto, de esta obra de arte; y muchas otras travesuras inocentes de cerebros enfermos, que sin la intención de hacer un daño arquitectónico, consiguieron deslustrar la obras de nuestros antepasados. 

La aspiración de algunos párrocos, era tener en el templo, solo la imagen de Jesús crucificado, el que tuvo la dicha de hacer un paseo por varios meses a la ciudad de Amagá.

El Sacerdote que más estragos le causó al templo de Nuestra Señora, fue el Padre Luis Enrique Restrepo, que nunca debió regir los destinos de la parroquia, porque acabó, con los cuatro altares laterales, tallados en madera , en estilo gótico, en donde colocábamos las imágenes de San Francisco de Asís, La Virgen del perpetuo socorro, en la nave de la inmaculada y la virgen de las Mercedes y la Dolorosa, en la nave del Corazón de Jesús.

Tambien destruyó el comulgatorio y el púlpito, que eran obras talladas en madera y que jugaban con los rasgos arquitectónicos de la obra.

Si las imágenes de la semana santa, como el Resucitado, el Jesús de la cruz a cuestas, el Señor caído, y los quiteños como San Pedro, San Juan, la Magdalena, y los otros apóstoles, las grades tallas de madera, como la Virgen del Carmen, la Inmaculada Concepción, la Virgen de la Asunción y los ángeles del agua bendita, que fueron importados de Italia y son de mármol de Carrara, se escaparon de esta hecatombe, fue porque los escondí muy bien y mentí, diciendo que ya los había mandado a quemar al orfanato del Sagrado Corazón, en donde quemaron los cuatro altares de arte gótico.

Este sacerdote, debiera estar pagando sus culpas en una prisión, porque lo que destruyó, era muy valioso y la verdad, deslustró la bella estructura arquitectónica.

Este había sido picado por el virus, del famoso Concilio Vaticano Segundo:

Jesús creo, misericordia Padre.


Observen como se ven de bonitas unas columnas toscanas, sin ningún tipo de ornamentación y sin rayitas de colores.

Lo que siempre ha caracterizado al arte u orden toscano, es la simplicidad, porque debemos recordar que lo utilizaban las gentes del pueblo romano, que no tenían mucho rango social.

También es bueno decir que a estas gentes comunes y corrientes del pueblo les decían: 

La plebe, pero este no era un término peyorativo, sino que así (plebs) se le dice al pueblo en el idioma latino que los romanos hablaban.


Los siguientes edificios, pertenecen al orden toscano, observen la imponencia de estas obras, que conservan todo el calor de este orden arquitectónico.


El coliseo romano.


El panteón de Agripina.

Ahora veamos cómo se llama cada parte de las columnas de orden arquitectónico toscano:

En este gráfico se pueden deleitar aprendiendo nombres.


Con estas indicaciones cualquier miembro de la comunidad sopetranera, puede aprender muchas cosas acerca del orden arquitectónico de nuestro templo.


El Escorial, es una de las joyas del orden arquitectónico toscano.


Esta entrada a una basílica española, también pertenece al toscano.


Esta joya arquitectónica, sin un solo color y sin ornamentos, se muestra esbelta en el orden toscano.


Un templo de arte toscano.

Ahora veamos: ¿Qué es el orden neo-clásico o el neo-clasicismo?

Le decimos neo-clasicismo al arte u orden que apareció después de la revolución francesa, con el fin de opacar la gloria del barroco y el rococó que eran los grandes órdenes de Europa y cuando ya estaban hechas las excavaciones de las ruinas de Pompeya y Herculano, en donde los romanos habían puesto todo el esmero para que los edificios fueran de acuerdo con los viejos órdenes del mundo occidental: Dórico, Jónico y Corintio; si así lo escribo es porque hay muchos otros órdenes, que nada tienen que ver con nuestra cultura sopetranera, como: El gótico, el chino, el japonés, el mudéjar, el manuelino y muchos otros más. 


Este es un edificio muy representativo del neoclasicismo.

Si observan bien, los fustes de las columnas, los capiteles de ellas y el remate triangular de encima, son muy recargados de adornos u ornamentos de todo tipo, porque en estos edificios se pueden mezclar sin miedo los tres viejos órdenes: Dórico, Jónico y Corintio.

Yo diría: Es una mezcolanza de órdenes, que resulta recargada y veces montañera.


Si observan los fustes del neo-clasicismo, son demasiado elaborados, con unas zanjas especiales, a las que llamamos estrías.

El neo-clasicismo aparece como una respuesta al rechazo de las formas barrocas.

Las principales características de este orden son:

Se inspira en los monumentos de la antigüedad greco-romana.

El concepto de la belleza está basado en la pureza de las líneas arquitectónicas; en la simetría y en proporciones sujetas a las leyes de la medida; y en las matemáticas.

Ataca con mucha fuerza los efectos decorativos del barroco y el rococó.

Tiene un predominio de la sencillez arquitectónica, sobre lo decorativo.

Emplea los elementos básicos de la antigua arquitectura clásica: 

Columnas, frontones, bóvedas, cúpulas, arcos y demás elementos.

Uno de los primeros edificios de arte neo-clásico en España, fue el palacio real que remplazó al viejo edificio del alcázar de Madrid, que había sido destruido por un incendio, pero recordemos que el incendio fue en 1734 y el palacio demoró muchos años en construcción.


Este es el nuevo albergue de los reyes de España, que sirvió a la familia Borbón, que llegó a remplazar a la familia de los Habsburgo.

Con la llegada de Carlos III al poder en España en el año de 1759, empezaron unas nuevas construcciones de arte neo-clásico.

Recordemos que este personaje había sido: Duque de Parma, rey de Nápoles y rey de Sicilia.

Este rey contrató los servicios de Francisco Sabatini, que dirigió algunas obras de importancia en este país, como las dos que vamos a ver:


Observen la belleza de este edificio sin colores por ninguna parte.


Esta es la puerta de Alcalá, que consta de cinco vanos, de los cuales tres, tienen arcos de medio punto y dos de ellos son adintelados.

A continuación vamos a ver una fotografía impresionante del museo del Prado.


En Berlín, la capital de Alemania, se encuentra una obra famosa de arquitectura que pertenece al neo-clasicismo, es el palacio de la guardia, que fue construido entre los años de 1816 y 1818.


También el arco del triunfo del carrusel, en los campos elíseos de Paris, fue ordenado por Napoleón Bonaparte y ejecutado por sus arquitectos, para convertir a París en la capital europea más hermosa y más importante.


El capitolio de los Estados Unidos en Washington, pertenece a este orden; este movimiento arquitectónico se puede encuadrar entre los años: 1780 y 1820.


Fíjense muy bien en el color uniforme de todo el edificio, eso le da mucha seriedad al capitolio de una de las ciudades más importantes de la tierra.

Pero el arco del triunfo de L’Etoile de París, también pertenece al orden arquitectónico, neo-clásico.


En Paris la capital de Francia, el arquitecto Alexandre Pierre Vignon construyó la Iglesia de María Magdalena entre los años de 1807 y 1845.


Este es un monstruo de la arquitectura parecido a los antiguos templos griegos.


El parlamento Inglés en la ciudad de Londres, pertenece al neo-clasicismo y es otro gigante de este orden.


Este fue construido entre los años 1836 y 1868 por el arquitecto: Charles Barry.

Hay una joya histórica, en Londres porque en ella tiene su asiento la Iglesia Anglicana montada por Enrique VIII, cuando el Papa, no le quiso disolver el matrimonio y Él, se separó para siempre de la Iglesia católica, que se llama la catedral de Westminster que fue construida entre los años de: 

1895 y 1903, que también pertenece a este nuevo orden arquitectónico.

Recuerden que en esta catedral, están los grandes jerarcas del Anglicanismo y que la Reina Isabel, es la jefe máxima de ese credo religioso, el cual acepta la participación de las mujeres en el servicio religioso, con la dignidad de Obispos.


Por último citemos el edificio de la ópera de Paris, que es un coloso del orden que estamos tratando y que fue construido entre los años 1861 y 1875, por el arquitecto: Charles Garnier.

En este edificio todos los turistas ponen sus ojos, porque es una verdadera joya arquitectónica, observen que no tiene revoltura de colores.


Como ven, nuestro templo no pertenece al neo-clasicismo, sino que las reformas a las que ha sido sometido, por clérigos inescrupulosos, que se aferran a la falsa creencia de que: “Aquí el que manda soy yo”, (un verdadero sofisma de distracción porque los que mandan, son los feligreses que ponen la plata, para que el negocio funcione, pues de lo contrario, se tendrían que ir con su música para otra parte), lo tienen tan desfigurado, que las personas conocedoras en historia del arte y especializadas en la teoría de los órdenes arquitectónicos, se despistan cuando tratan de entender la metamorfosis a que lo han sometido.

Sopetrán, 12 de Abril del 2014.

      
                       Cédula de ciudadanía: Número: 3’ 620. 074 de Sopetrán.